Durante el viaje en autobús desde Phnom Penh me llamó mucho la atención ver varas de hierba exactamente iguales a las que hasta hace no mucho decoraban los campos asturianos, antes de ser sustituidas por esos horribles envoltorios de plástico.
La ciudad de Siem Reap es el más importante centro turístico del país, la puerta de Angkor, lugar que visitan más de dos millones de personas al año. De hecho, el 99% de los turistas que entran en Camboya pasan por aquí.
Tiene bonitos parques y jardines, grandes hoteles y restaurantes, pubs, luces de neón, boutiques, mercado diurno y nocturno, bazar, galerías, prostitutas... todo lo necesario para que el turista se sienta cómodo y se gaste los dineros. Y también tiene otra parte donde vive la gente.
Como Tan llevaba un par de días en la ciudad, ya tenía controlado todo, restaurantes, bares y precios, así que salimos a celebrar el encuentro con unas cervezas y una barbacoa khmer bien buena.
Al día siguiente alquilamos una bicicleta por la mañana y fuimos hacia el pueblo flotante de Chong Khneas que está a unos quince kilómetros de la ciudad, con un sol de justicia y un calor seco que parecía que se te churruscaban los pelos de las piernas. El pueblo está al borde del lago Tonle Sap que ocupa una extensión de 25.000km.cuadrados durante la estación húmeda pero que en la estación seca se queda en 2.500km. cuadrados, convirtiéndose en el río del mismo nombre que es afluente del Mekong. Cuando el Mekong se desmadra, retiene las aguas del Tonle Sap que se convierte en este inmenso lago.
Como estamos en la estación seca el pueblo no flota sino que las casas balsa reposan en el suelo y las que están construidas sobre tacos de madera se alzan hasta séis metros sobre la tierra. Por el camino nos encontramos con muchos niños que salían del cole y que ya han aprendido las ventajas del auto stop para ahorrarse unos kilómetros de caminata por la carretera.
El pueblo es pobre de solemnidad, aunque tiene electricidad (los que pueden pagarla) y algunas casas más decentes. Me llamó la atención que hay muchas construidas gracias a donaciones de particulares y un cartel con el nombre de la familia o persona que lo había hecho posible lo anuncia a la entrada de cada casa. El olor a basura y pescado seco lo inunda todo.
aquí dejé a mi pasajero con su familia
la fuente
la escuela flotante
la lavandería
en un país donde el 40% de la población tiene menos de 15 años, es difícil no relacionarse con los niños, lo que además es siempre una alegría
separando el grano de la paja
mientras en las ciudades los coches de lujo marca Lexus se cuentan por cientos, en los pueblos los vehículos son bien distintos
ésta para mi madre
Para aquellos que quieran saber más sobre la historia de este país que sigue sembrado de minas, lleno de orfanatos, con grandes desigualdades sociales y corrupción política, debido entre otras cosas a la intervención de diferentes potencias que nunca han hecho examen de conciencia, les dejo un enlace con datos y un bonito vídeo.
Y unas fotos de Siem Reap:
la gasolinera
mi favorito, el tuk tuk bar, buena gente y buena música en la calle
ictioterapia
el jugo de caña, con hielo picado y en bolsa de plástico
los taxistas a la caza de clientes
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