Tenía la dirección de un hostal céntrico justo al lado de la estación buena y allí me dirigí. Estaba completo. Busqué alguno más en la zona y a la cuarta vez que preguntaba conseguí habitación a un precio económico. Tuve suerte porque todos estos hostales estaban justo en la calle de más ambiente y por lo que me dijeron algunas personas que al día siguiente terminaron en el mío, no pudieron pegar ojo en toda la noche. Como me decía un canario: "muyayo, toda la santa noche con la jodedera".
Fui a caer en una calle perpendicular a ésta, en un callejón muy tranquilo donde si no fuera por los mosquitos se estaría en la gloria. Tengo un bar de rastamanes al lado de mi hostal que, como estamos en Chiang Rai, se llama Rastafarai, otro de moteros tailandeses melenudos que se llama TeePee y un montón de locales de masajes con muchas chicas muy sonrientes a la puerta.
Y además tengo un night bazaar y una walking street, o sea, más mercado y más comida. Creo que voy a hacer un blog gastronómico y un documental al estilo "Un país para comérselo". Aquí quisiera ver yo a Juan Echanove y a Imanol Arias poniéndose ciegos de gusanos del bambú en tempura y cucarachas fritas.
Entre mis últimos descubrimientos comestibles está la ensalada de papaya verde o som tam. En un mortero se mezclan tomate, ajo, chili, lima, azúcar de palma, judías verdes, cacahuetes, salsa de pescado y la papaya rallada. Se machaca todo un poco para que suelte jugo y a comer. Puede llevar también camarones o pollo pero yo la prefiero vegetal. Pica que te mueres pero es muy sabrosa y refrescante. Creo que mi tolerancia al picante ha aumentado considerablemente y me gusta sentir no sólo la boca haciéndoseme agua, sino también la nariz y el lacrimal.
Y una llambioná que es la bomba, el khao niaow ma muang: arroz con leche de coco, lascas de mango y copos de avena. Se puede tomar frío o caliente. Con esto vas en moto.
El tema es que viajar por este país es parecido a moverte por España en el mes de Agosto: todos los pueblos están de fiesta y tienen una verbena. Cuando no hay mercado de día, lo hay de noche, o los dos. Cuando no es el sunday market es el saturday market, así que no te libras.
En el de aquí me entretuve haciendo fotos de la comida y también de los espectáculos de entretenimiento. Había cantantes en un escenario y mucha gente haciendo la misma coreografía, niños y mayores, moviéndose en círculo alrededor de la pista de baile meneando las caderas y la patuca a un lado y al otro y detrás cientos de mesas para comer, ¡cómo no!. Un gigantesco fartódromo. También me dediqué a ver a los diferentes feriantes y practicar el tiro de dardo al globo, el tiro de barreño de plástico con el objetivo de cubrir una botella echada en el suelo, el lanzamiento de pelota de tenis a la lata, el tiro de tapón de plástico con escopeta de aire comprimido, etc. Aunque fue todo muy excitante creo que la ciudad no da mucho más de sí...
la ciudad del oro
y de las motos clásicas
la carne
las cortezas de cerdo
el marisco
el curry
la casquería
la telenovela
el chili
la mano negra
el vendemotos
el autobús piquiñín
el fartódromo
ésta para René, el micólogo
el som tam
el baile
la cena
el lanzamiento de barreño
el tiro con dardo
el tiro a la lata
el sushi
carne de no sé qué
el cóctel de frutas
sepia a la brasa
pollo frito
los insectos y gusanos
los pastelillos
el secreto está en la masa
dúo pimpinela
restaurante exótico de verdad
arroz con leche de coco y mango
También me gustaría hacer un especial sobre sexualidad. Ejercer la prostitución da la impresión de no ser una desgracia ni un deshonor para la familia. Es un país muy abierto en este sentido y como ya dije en alguna ocasión, hay mucho homosexual. Esta opción se vive sin tapujos y está socialmente aceptada y es muy normal ver personas mayores y sobre todo jovenzuelos muy afeminados. También se ven, aunque en menor número, lesbianas. Y además están las ladyboys. Éstas también están aceptadas y hay muchísimas. Lo digo en femenino porque son mujeres, algunas operadas y otras no, pero lo que veo son mujeres. A veces hay que fijarse bien para saber el sexo (aunque llegado el caso yo haría como con las setas, si hay duda no se cogen) y si las mujeres son extremadamente femeninas, las ladyboys son el no va más de la feminidad. Algunas se dedicarán a la prostitución pero he visto muchas en estos días con una vida absolutamente normal trabajando en cafeterías, restaurantes, en el banco, en el autobús... ¡¡¡¡Qué diría el Foro Español de La Familia de esta sociedad degenerada!!!! Curiosamente yo tropiezo miles de niños sanos y felices a diario por todos lados, así que no veo en peligro la institución familiar tailandesa.
ladyboy at work
niños sanos y felices
Amigo, desde aquí te seguimos, con alegría, admiración, risas, envidia sana y mucho gustor!
ResponderEliminarGracias por hacerme viajar un poco a tu lado, sigue disfrutando y contando... abrazo grande!!!
¿Qué tal esos erres? ¿Cómo está el local? ¡¡un beso gordo desde aquí!!
ResponderEliminarpor aquí seguimos, viajando con el pensamiento y bailando cuando nos dejan... el local no para... besazos!
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