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jueves, 16 de agosto de 2012

Pokhara

Lo de viajar en bus por aquí es una actividad de riesgo, van como cafres. No llevaba una semana en el país y ya había visto media docena de camiones en la cuneta con las ruedas para arriba. Hace unos días leí en el periódico que en Julio hubo cinco accidentes de autobús con un total de ¡ciento diez muertos!.
Durante el viaje a Pokhara, en una de las incontables paradas, en vez de entrar en el restaurante delante del cual nos dejó el autobús, escogí un sitio al lado donde iban algunos pasajeros, porque era más barato y con aspecto de más casero y familiar. En los últimos tres meses me había tocado comer con la mano en dos ocasiones y aquí, una vez que el plato estaba en la mesa, me di cuenta de que no había cubiertos. Probablemente estaréis pensando que soy un pijo y que es mucho más divertido comer con la mano y bla bla bla, pero eso es porque estáis pensando en unas costillas a la brasa o en unas gambas a la plancha. Os aseguro que comer un thali con la mano, además de callo en los dedos para no quemarse, requiere de una técnica que lleva su tiempo adquirir. Para hacerlo bien se usa la derecha, la izquierda es la impura y ésa se usa para limpiarse el culo (no sé si hay zurdos en India o en Nepal ni cómo lo hacen) y si, además de no ser muy diestro tienes unas barbas como las mías, puedes acabar hecho un cromo. Y tal cual.
Después de varios días de viaje, bien está descansar en un sitio agradable y cómodo. Y a orillas del Lago Fewa está Pokhara, una ciudad de unos ciento cincuenta mil habitantes, a ochocientos cincuenta metros de altitud, con un clima agradable y rodeada por las cordilleras del Dhaulagiri y el Annapurna. La parte de la ciudad que está junto al lago se llama Lakeside, obvio, y aquí es donde encontré un rincón perfecto con vistas al lago para relajarme mientras esperaba por Chantal y Pauli.
Y enseguida haciendo amigos...







entre mis pies, al otro lado del lago, se ve Peace Gompa 

Al día siguiente de llegar, mientras daba una vuelta por ahí, me encontré con dos ladyboys, algo bastante extraño por estos lares. Unos pasos más adelante me tropecé con un grupo de séis, vestidas a la forma tradicional, con saris de colores. Ya me pareció demasiado raro puesto que en India sólo había visto dos en todo el viaje y esto de repente parecía Bangkok. Así que cuando vi pasar dos camiones con banderas arcoiris llenos de ladyboys chillando, tuve que preguntar qué coño pasaba en aquel lugar y ya me explicaron que en esos días había una convención de gays, lesbianas y transexuales, creo que nacional, en la ciudad. Toma ya, en Nepal. Después de varios días siendo el centro de todas las miradas agradecí muchísimo llegar aquí y pasar al más absoluto anonimato. De este evento no tengo ni una foto, es una pena, pero hace semanas que se me estropeó la cámara compacta que siempre llevaba conmigo en el bolsillo y no siempre cargo con la otra, porque esto era para verlo...
Durante todos estos días no hice otra cosa que comer y caminar y cuanto más caminaba, más ganas de comer tenía, así que me dejé una pasta reponiendo lo que quemaba montaña arriba o yendo a pie a pueblos de los alrededores. En una de estas excursiones subí a Peace Gompa por el bosque, llegué arriba y al descalzarme para entrar en el templo vi que sangraba por un pie. Una sanguijuela se me acababa de caer y otra seguía enganchada. Aunque hacía mucho que no me tocaba llevar este tipo de pasajeros, ya las veo de otra manera y no me impresionan. No me pareció que lo viera así de tranquila la pareja que tenía a mi lado, cuando después de quitármelas las reventé de un zapatazo en el suelo.




 Pokhara y el lago Fewa desde Peace Gompa



 Peace Gompa


El valle de Pokhara está todo cultivado con arroz y en esta época del año es de un verde que hace daño a la vista. Las montañas también son verdes, pero de bosque tropical y hay agua por todos lados. Ríos, arroyos, cascadas y canales por donde circula el agua montaña abajo. Hace sol, pero la brisa es fresca y la temperatura muy agradable de noche. Por cierto, hace tiempo que me viene apeteciendo hacer una paella gigante a mi vuelta...



 hay alguna nenaza pedaleando por el mundo y quejándose de que lleva mucho peso

 this I know














Si algo me acabó poniendo de mala leche en estos tranquilos días en Pokhara, fue la cantidad de niños que se me acercaron para pedirme dinero. Muy educados y sonrientes al  primer contacto, enseguida te soltaban “-give me money-“, y no hablo de niños desnudos o desnutridos, no. No sé quién fue el primer idiota que vino por aquí repartiendo dinero, pero sentó un precedente muy dañino. Si alguien quiere ayudar o colaborar con la población local, existen infinidad de proyectos o formas de hacerlo. Ir por el mundo soltando la pasta alegremente, ya sea por pena o por quitártelos de encima, no es la mejor manera de criar ni de educar a una generación de niños sana y feliz.

Como estamos en época de monzón, aunque no llueve todos los días, cuando llueve, llueve.


y esto es el monzón: volver a casa nadando a contracorriente

por aquí, menos cricket y más fútbol





 la vista del lago desde el otro lado






 same same

 shiva al borde del lago Fewa

por cierto, ¿habéis visto "Drive"?













full power, desde Alemania y ahí está

el fútbol

las drogas

el Reto

Y por fin un buen día llegaron al lago los cuatro por los que estaba esperando, a las cinco de la mañana. Salí a buscarlos envuelto en una manta con la que iba muy cómodo y calentín, pero que no debió de parecer muy normal a la policía porque por dos veces tuve que explicar qué estaba haciendo allí sentado a esas horas. Ahí aparecieron en un taxi con “Welcome to the Jungle” sonando a todo volumen, muertos de risa y de cansancio. Fuimos caminando hasta el hostal por la orilla del lago mientras amanecía y, por primera vez y durante un buen rato, pudimos disfrutar de la vista del Machhapuchhare (6.993m) y el Annapurna II (7.937m), porque en esta época del año enseguida se cubren de nubes. 
Los chicos sólo se quedaron un par de días porque se fueron de peregrinación al Monte Kailash, así que me quedé solo con Chantal, lo que tampoco está nada mal.
Por cierto, vengo notando desde hace un tiempo que las visitas a este blog han caído en picado, no sé si debido a que la gente anda por ahí disfrutando de las vacaciones y de sus propias aventuras en vez de entretenerse leyendo las mías, o bien porque cada día soy más peñazo escribiendo. Vamos a ver si invertimos la tendencia añadiendo más fotos de monumentos...



 el atropellador





Por el momento ya es suficiente, vamos a ver qué resultado obtenemos en los próximos días y mientras tanto seguimos con naturaleza y paisajismo, que hicimos alguna excursión que también merece la pena mostrar. 









 un bendito




montaña arriba hay mucho maíz

 todas las casas con su cuna colgando en el porche

 las vistas desde Sarangkot





please




Y por el momento esto es casi todo lo que hay para ver y para contar. En próximas fechas: Katmandú.
Entre tanto, haya salud.





2 comentarios:

  1. Efectivamente, como seguidor habitual del blog rompo mi silencio para decir que con la entrada de hoy su lectura ha ganado muchos enteros. Esperamos espectantes nuevas aventuras ilustradas e información fresca del Nepal, fascinante país cuyo príncipe heredero Dipendra condujo a la república por el expeditivo método de suicidarse tras pasar por las armas al resto de la familia Real. ¡Hermoso ejemplo para los nuestros!.
    Que disfrutéis mucho y os sigamos viendo y leyendo tan guapos y lozanos.

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  2. Querido Miguel, efectivamente fue un hermoso ejemplo para los nuestros, aunque en este caso, el heredero consiguió reinar durante tres días, los que se pasó agonizando en el hospital.
    Un abrazón.

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