Nagarkot está a a 32km de la capital y a 2.200m de altitud y domina todo el valle de Kathmandu, además de tener unas vistas impresionantes del Langtan Range y de los picos que dije antes. Tuvimos la habitación perfecta para ver amanecer y disfrutar del paisaje, pero una vez más, no la suerte de que amaneciera despejado para ver el horizonte claro y poder hacer unas fotos guapas de las montañas. El monzón deja mucha humedad y es difícil tener buena visibilidad.
Pero salir a caminar por este lugar y pasar de un valle a otro cruzando pueblos, entre bosque, arroz, maíz y otras hierbas, es un regalo. Después de levantarnos a las 4.30h y ver un bonito espectáculo de niebla allá abajo en el valle y nubes bajas cubriendo el cielo, había que activar y echarse al monte, como las cabras, aunque aquí las cabras lo mismo te las puedes encontrar subidas en la baca del bus que en el bar.
Veo a Chantal encantada con su colección de fotos de mariposas (creo que en este país hay más de seiscientas especies y aparte de los colores que lucen, las hay del tamaño de la palma de la mano) y veo también que a mi compañera de viaje le está sentando bien madrugar y Nepal, porque además de estar muy guapa, está muy integrada en los usos y costumbres locales: ha dejado de usar papel higiénico (culito sano y feliz) y ya es capaz de escupir con una precisión y un estilazo que parece de aquí.
Pero salir a caminar por este lugar y pasar de un valle a otro cruzando pueblos, entre bosque, arroz, maíz y otras hierbas, es un regalo. Después de levantarnos a las 4.30h y ver un bonito espectáculo de niebla allá abajo en el valle y nubes bajas cubriendo el cielo, había que activar y echarse al monte, como las cabras, aunque aquí las cabras lo mismo te las puedes encontrar subidas en la baca del bus que en el bar.
Veo a Chantal encantada con su colección de fotos de mariposas (creo que en este país hay más de seiscientas especies y aparte de los colores que lucen, las hay del tamaño de la palma de la mano) y veo también que a mi compañera de viaje le está sentando bien madrugar y Nepal, porque además de estar muy guapa, está muy integrada en los usos y costumbres locales: ha dejado de usar papel higiénico (culito sano y feliz) y ya es capaz de escupir con una precisión y un estilazo que parece de aquí.
Como el día se despertó gris, decidí que las fotos también iban a ser en ese tono. A ver qué os parece un día completo por Nagarkot y alrededores, en monocromo.
Pedro Pómez
y depilady
Pero después de dos días completos de aire puro y fresco, niebla, cielo plomizo, orbayu, diluvios varios y mucha humedad, decidimos que de todo eso íbamos a tener de sobra al volver a la tierrina, así que de nuevo bajamos al valle con los pulmones limpios, a secar, y a por una ración de dióxido a Kathmandu, que ya nos queda poco tiempo y aquí, si llueve, hay donde atechase.
Namaste.
Namaste.